FisicoNutriFit - Nutrición funcional y fitness inteligenteFisicoNutriFit - Nutrición funcional y fitness inteligente
  • Blog
  • Contacto
Menu
  • Blog
  • Contacto
Actualmente no podemos atender más peticiones de asesoramiento.

Sígueme en Instagram para estar al tanto de próximas novedades.

Para apuntarte en la lista de espera, puedes hacerlo enviando un email a info@fisiconutrifit.es con el asunto “Lista de espera” , indicando tus datos de contacto, así como una breve descripción de tus necesidades y objetivo para recurrir a nuestros servicios

Facebook
Instagram
Hace ya mucho tiempo que la alimentación dejó de Hace ya mucho tiempo que la alimentación dejó de ser una conducta de supervivencia para la mayoría de seres humanos *.

Ya no tenemos que buscar alimento, cazar o recolectar. En la mayoría de sociedades modernas tenemos comida de forma hiper disponible, variada y barata. 

Comer no es sólo un comportamiento homeostático, sino que ha pasado a ser algo más hedónico, donde intervienen directamente el estado de ánimo y las emociones.

La industria lo sabe, porque estudian el cerebro y conocen lo que es más saliente para nuestros sentidos, y como la comida sirve por varios medios para autorregularnos psicológicamente.

Es tal la multitud de disruptores, impedimentos en el estilo de vida y factores estresantes, que se ha originado un entorno perfecto para un consumo masivo de productos creados artificialmente con el único objetivo de maximizar la experiencia sensorial y potenciar la mayor gratificación de forma inmediata. 

A esto hay que sumar un potente condicionamiento ante señales, memorias implícitas ante ciertos contextos y aprendizajes, que en definitiva nos llevan a necesitar psicológicamente dichos productos, en perjuicio de alimentos naturales, frescos y más saludables.

Se origina desde la infancia una alteración de nuestro sistema de recompensa, del umbral de sabor y la experiencia sensorial en conjunto, además de las señales de hambre y saciedad, creando una habituación y tolerancia que hace muy difícil reeducar y restablecer nuestro cerebro y cómo comemos a una forma más natural.

Nos acostumbramos a sentir respuestas intensas, lo que en este contexto tan hostil dificulta una regulación energética óptima. La sobreexposición, el sobreconsumo y la sobre habituación a determinados productos es nociva para nuestros sentidos, para nuestra fisiología, y en especial para nuestros sistema de recompensas, lo que altera nuestra fisiología, pero también nuestra conducta alimentaria, y para nuestra salud en general.

Lo único claro aquí, es que hemos llegado sin percatarnos al peor contexto posible para nuestra especie, en muchos ámbitos, pero en este caso es un problema para la alimentación y la forma en la que nos relacionamos con ésta.
De vez en cuando reaparecen ciertas corrientes que De vez en cuando reaparecen ciertas corrientes que intentan maquillar un hecho objetivo y simple, intrínseco a nuestra naturaleza humana: nos gusta gustar y sentirnos deseados. Y ESO TAMBIÉN ES SALUD MENTAL.

Se alude a que el entrenamiento de fuerza mejora la salud mental por muchas vías, y es muy cierto. Pero en mi opinión tendemos a confundir causas y consecuencias, fines próximos y últimos, de nuestra conducta e interacción con el ambiente, incluso aspectos biológicos y evolutivos, de los que no somos conscientes. 

El ejercicio es terapéutico, sienta bien, es saludable, pero es sólo una parte del equilibrio psicológico, que es algo que se construye en el día a día hacia un propósito y con un sentido vital, de forma funcional y adaptativa en un contexto dado.

Pero no podemos negar otra parte de nuestra naturaleza humana. Somos seres sociales y para sobrevivir hemos necesitado dejar descendencia y para ello elegir pareja. Y hay aspectos que atraen más que otros (matizable). Por lo que no pasa nada por querer gustar, y debemos entender, aceptar y  NORMALIZAR que el deporte también sea un medio para ello, en una sociedad que demanda altos estándares de belleza y donde existe una enorme competitividad. Y que eso ayude psicológicamente está bien. 

Pero sin obviar la excesiva superficialidad de la sociedad, cánones de belleza, normatividad, presiones socioculturales, imposición de ciertas industrias, y ell narcisismo desordenado inducido por la inmediatez de las redes sociales y la hipersexualización y cosificación. Y lo problemático que resulta poner todo el valor como persona en el físico y la aprobación ajena. 

Aunque haya mucho más que el físico, no podemos ser hipócritas, precisamente en un deporte que es además de funcionalidad y salud física, mejora estética, que consciente o inconscientemente refuerza el destacar y sentirse más atractivos, y eso también es salud mental 😉

No conozco a nadie que tras un tiempo entrenando no se haya visto mejor, mejorando su autoestima, autoconcepto y autoimagen. Pero por desgracia, también conozco gilipollas que al ponerse más fuertes, lo que han conseguido es ser gilipollas más grandes.
Es cuestión de equilibrio entre los dos sistemas Es cuestión de equilibrio entre los dos sistemas que han garantizado nuestra supervivencia, y que regulan nuestra interacción con el medio: APROXIMACIÓN Y RETIRADA. Uno para explorar y otro para buscar seguridad. 

Ambos sistemas modulan la activación fisiológica del sistema nervioso (simpático y parasimpático) y activan diferentes áreas cerebrales: desde el sistema límbico (amígdala) más ligado al aprendizaje emocional, hasta el sistema de recompensas (nAc, estriado, dopamina), pasando por hipocampo y la neocorteza (entre otros) donde se integran y racionalizan todas las señales hedónicas o de alarma.

La tendencia a un estado afectivo, tono hedónico y nivel de activación, va a depender en primer lugar de los rasgos de personalidad, que proceden en gran medida de la genética, y en parte del aprendizaje, e influidos por aspectos sociales y culturales.

Pero también influyen y pueden ser incluso más determinantes, ciertos aspectos más distales, como el nivel socioestructural (poder adquisitivo, nivel educativo, entorno familiar, calidad de vida, relaciones personales, etc); y luego, está lo que llamamos "suerte" (probabilidad) de que sucedan eventos positivos o negativos (donde interviene también nuestra conducta y la forma de relacionarnos con el medio). 

A menudo, la "actitud ante la vida" cambia con una desgracia, un problema o una pérdida. Básicamente porque aparece una necesidad de seguridad, de mirar hacia dentro, que posteriormente se transforma en la búsqueda de nuevas oportunidades en el ambiente. Del mismo modo que quien ha nacido en un entorno con recursos y facilidades, puede tener una "actitud" más positiva, quien tiene ciertos rasgos, vivencias positivas y aprendizajes puede tener una visión diferente de la vida. Son simplemente mejores recursos de afrontamiento.

No podemos evitar el dolor, pero sí el sufrimiento. Debemos aceptar que la dualidad forma parte de la vida y trabajar de forma adaptativa la resiliencia. No podemos elegir lo que nos pasa, pero sí podemos aceptar la incomodidad y hacerle hueco, en lugar de luchar contra ello, y sobre todo tener agradecimiento, porque a todo lo que nos pasa podremos sacarle algún rendimiento. 

PAZ
Hoy es San Jorge, y se regalan libros y rosas. Per Hoy es San Jorge, y se regalan libros y rosas. Pero yo os voy a regalar otra cosa 😁

Cuán importante es leer. Aunque cada vez supone un mayor esfuerzo y son menos las personas que tienen el hábito. Cuesta mucho interiorizarlo, porque supone un esfuerzo cognitivo. Requiere aprender a posponer la recompensa, y no todo el mundo puede hacerlo.

Vivimos una era digital donde las redes sociales nos saturan de información, de alto impacto emocional y con gran valor hedónico, al incentivar una gratificación inmediata mediante contenido visual, explícito y dinámico, muy atractivo para nuestros sentidos (no hay nada más saliente para nuestro cerebro que señales de comida palatable y sexo / atracción / reproducción, para que entendáis por qué en Instagram triunfa lo que triunfa 😏). Es una especie de comida rápida para el cerebro: gratificación inmediata, a bajo coste cognitivo y con gran impacto afectivo.

¿Y qué pasa con lo que no se usa? Que se atrofia. 

Pero si hay algo que pasa desapercibido es el escribir. Poca gente sabe el efecto que tiene a nivel neuroprotector y de activación de áreas necesarias para la salud mental. Pero menos gente aún sabe de lo TERAPÉUTICO que puede llegar a ser, el hecho de transmitir por escrito lo que tienes en tu cabeza (no hablo del corazón, porque aunque sea metafóricamente hablando, la realidad es que TODO lo que sentimos además de en el cuerpo, está en el cerebro, y es ahí donde se integra, se simboliza y posteriormente se verbaliza. La realidad es que la escritura es una conducta declarativa mucho más profunda que hablar, más consciente, y no existe mejor forma de hacer intro y retrospección.

Cuando escribes pones en orden ideas, lees y reescribes. Hablar es más fácil, pero tienes menos tiempo para pensar con claridad. Es mucho más automático y reflejo, aunque también requiera un procesamiento y memoria de trabajo.

Nunca es tarde para empezar a leer, y mientras podáis no paréis nunca de hacerlo, ni de aprender; pero sobre todo no os olvidéis de escribir.

Podría preguntar lo típico, que cuál ha sido el libro que más os ha marcado. Pero mejor, ¿sobre qué escribirías un libro y por qué?

Paz amigos🤘🏻😊
Creedme, se puede entrenar y comer sin llevarlo to Creedme, se puede entrenar y comer sin llevarlo todo planificado, sin controlar y medir todo minuciosa y obsesivamente. Y lo más importante, SE PUEDE MEJORAR: y pese a lo que solemos escuchar, sí se puede hacer sin objetivos concretos, de forma intuitiva, y por el mero PLACER de hacerlo. 

No hace falta llevar el control, la productividad, ni la competitividad al extremo; ni buscar constantemente superarse ni tener ansiedad por exhibirlo. Eso no es salud ni es autocuidado. 

Mucha gente necesita mejorar hábitos y empezar a entrenar, y se requiere un período de aprendizaje, donde el control y la planificación pueden ayudar, incluso mejorar con asesoramiento. Será una minoría la que busque un nivel superior a la media y requiera un control más minucioso, pero esto no quiere decir que sea algo indispensable para mejorar siempre y en todos lo casos.

Se ha normalizado tener un físico extremo y marcas de competición, hemos idealizando cierto umbral de sacrificio y autoexigencia, y se ha asociado todo ello con el éxito y la deseabilidad social; lo que correlaciona directamente con el excesivo control y la planificación minuciosa, puesto que es lo que hace la mayor parte de la gente que alcanza dicho nivel de estética y rendimiento.

Pero esto no significa que todo el mundo deba hacer lo mismo ni que la mayoría de la gente que simplemente busca optimizar su salud y/o verse mejor, vaya a beneficiarse de esta neura por el control. De hecho puede ser muy contraproducente el añadir más estrés en forma de control y restricción.

Por esto hay que individualizar y hay que tener en cuenta la personalidad y el contexto psicosocial. ¿La persona necesita realmente llevarlo todo controlado o somos nosotros los que lo necesitamos?

Se ha vendido directa o indirectamente la idea de que de forma autónoma uno mismo no va a conseguir mejorar. Y no es cierto, pero requiere un trabajo personal que la mayoría de la gente no está dispuesta a hacer o no sabe (porque no interesa vender autonomía sino dependencia del profesional).

La clave está en saber entender las necesidades y realidad de la persona, dejando a un lado nuestros sesgos, neuras e intereses económicos.
El mayor problema del fitness es que la mayoría d El mayor problema del fitness es que la mayoría de la gente no cree que haya ningún problema con el fitness.

Tener éxito en la vida es muy difícil si te comparas constantemente, si te obsesiones con alcanzar la perfección y si se siguen los altos estándares y expectativas que se han ido construyendo culturalmente a base de distorsionar la realidad y dejarse llevar por el marketing de la industria. Si ansías siempre lo que no tienes, permanecerás anclado en la frustración. 

En la era digital que vivimos, tener éxito en Instagram es fácil: solo tienes que construir un personaje y dar a la gente lo que quieren oír para sentirse bien. Nuestro cerebro prefiere mentiras reconfortantes antes que ver una realidad dolorosa. Y hay gente que no está preparada para ver y entender que son uno más, ni mejores ni peores que los demás, y que eso está bien y es lo normal.

Sin duda el Fitness tiene innumerables aspectos positivos, beneficios para la salud física y mental; pero no estamos evolutivamente preparados para Instagram. Es un entorno hostil, con demasiado marketing, especialmente emocional, fruto del interés de la propia industria del fitness, los nutricionistas, entrenadores y demás sectores de este lobby. 

Poca gente se atreve a hacer un razonamiento crítico de todas los aspectos, socialmente normalizados e incluso idealizados, que son potencialmente dañinos y sobre los que hay que tener especial cuidado. Debemos advertir a la sociedad para no dejarse engañar en este movimiento sociocultural, que como todos se mueve por intereses económicos, muchas veces difícil de ver al escudarse en los beneficios.

Antes o después, llega un día en que te das cuenta de que todo esto es una gran mierda pintada de purpurina… Y te preguntas qué cojones estabas haciendo con tu vida.
"𝙉𝙖𝙙𝙖 𝙙𝙪𝙧𝙖 𝙚𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚, 𝙮 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙖𝙣 𝙘𝙤𝙣 𝙚𝙡 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤. 𝙀𝙡 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙤, 𝙘𝙤𝙣 𝙛𝙧𝙚𝙘𝙪𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙣𝙤 𝙨𝙪𝙚𝙡𝙚 𝙖𝙣𝙪𝙣𝙘𝙞𝙖𝙧𝙨𝙚, 𝙣𝙤 𝙨𝙪𝙚𝙡𝙚 𝙥𝙧𝙤𝙜𝙧𝙖𝙢𝙖𝙧 𝙨𝙪 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙖, 𝙣𝙤. 𝙀𝙡 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙤 𝙚𝙨 𝙚𝙢𝙚𝙧𝙜𝙚𝙣𝙩𝙚. 𝘾𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙪𝙣𝙤 𝙨𝙚 𝙙𝙖 𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙖 𝙙𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙝𝙖 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙤, 𝙮𝙖 𝙝𝙖 𝙘𝙖𝙪𝙨𝙖𝙙𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖𝙜𝙤𝙨".

Si algo me ha enseñado la vida, en especial los últimos dos años, es que NADA puede ni debe forzarse. Los cambios se pueden buscar, pero llegan cuando llegan.

Cuando empecé con Instagram tanto mi persona en la vida real como mi función aquí eran algo diferente a lo que son hoy. Y eso me genera paz.

Me he resistido, pero si algo he aprendido es la importancia de la flexibilidad y el cuestionamiento de mi autoesquema vital, junto a intentar mejorar mi capacidad de ampliar la perspectiva. 30 años me ha costado, ojo 🤣

(Lo que demuestra que tus genes y rasgos, sumados al ambiente, predisponen e influyen, pero no determinan.)

El caso es que me costaba verle utilidad a esto de "divulgar" o "crear contenido", al no reportarme beneficio a nivel económico y no suponerme un reforzamiento natural, ni positivo ni negativo, puesto que he aprendido a abstraerme del impacto tan primario que generan los likes. Saber es poder, dicen.

Tengo buenos proyectos en mente para poder aportar, que quiero ir materializando. Pero de momento por mi contexto, la única forma de llegar y ayudar, y cumplir con mi propósito, es a través de Instagram.

No lloréis aún, que voy a seguir divulgando SALUD (en putas mayúsculas), desde mi experiencia, aprendizaje y forma de ver la vida.
Asi que solo quería transmitir que se vienen cambios y cosas buenas.. Pero todo tiene su proceso.

Como dice el gran Alfonso Bordallo: "𝙉𝙊 𝙑𝙀𝙈𝙊𝙎 𝙀𝙇 𝙈𝙐𝙉𝘿𝙊 𝘾𝙊𝙈𝙊 𝙀𝙎, 𝙑𝙀𝙈𝙊𝙎 𝙀𝙇 𝙈𝙐𝙉𝘿𝙊 𝘾𝙊𝙈𝙊 𝙎𝙊𝙈𝙊𝙎"

PD: Esto debería ir con una foto de mi jeta, así el algoritmo y vosotros lo podríais ver más y mejor. Pero la asignatura de exponerme más físicamente en redes la dejamos para Septiembre. Gracias por leerme, una vez más 😉😘
ESTO ES UN CLICKBAIT. TODO EL MUNDO LO HACE Y NO P ESTO ES UN CLICKBAIT. TODO EL MUNDO LO HACE Y NO PASA NADA. PERO YO SOY HONESTO Y TE LO DIGO. 🌚

Esta foto es de hace un tiempo, y seguramente es uno de mis mejores puntos a nivel estético en casi 14 años entrenando. Aunque no descuidaba la estética,  la verdad es que llevaba una preparación de Crossfit de competición. No sólo no llegué a competir, sino que mi cabeza y mi cuerpo petaron; y volví a un entrenamiento de fuerza más convencional y relajado (tras una bonita lesión y una fuerte sacudida vital de las que transforman). 

En aquel momento solía entrenar más de 2 h diarias, unos 5 días semanales, y a veces hasta 6. Solía llevar la dieta más estricta durante unos meses buscando llegar más definido al verano (preplaya se nace xD). Y aunque nunca fue algo problemático ese esquema, había algo que no terminaba de cuadrar (más allá de etiquetas, diagnósticos o tópicos, hablamos de que fuera en cierto modo algo desadaptativo o no). 

Miro atrás con compasión, y claro que no era consciente de muchas cosas. Utilizaba el entrenamiento y probablemente el control sobre la comida y en ciertas épocas también sobre mi cuerpo, como una forma de escape y evitación para no asumir mi falta de sentido y para no afrontar ciertos problemas. Momentos de cierto malestar, y aliviarlo así era sumamente reforzante, porque hacía parecer que todo estaba bajo control y daba seguridad.

Con el tiempo he ido entendiendo e integrando aspectos que me han dado autoconocimiento y creo que madurez suficiente para saber lo que pasaba, así como todo aquello que debía trabajar para poder continuar viviendo de una forma equilibrada con mi entorno y conmigo mismo, y también con el entreno y la comida. Sin remordimientos.

No busco aleccionar, ni recibir aprobación, ni exhibir moralidad…  Simplemente invitaros a reflexionar:

La relación con el ejercicio, con la comida y la imagen corporal, y en especial lo que proyectamos en Instagram, son parte de un estilo de vida saludable y una identidad personal; pero creo que muchas veces son un mero instrumento para escapar de lo que no se puede controlar en la vida real. Y que esto a veces dista mucho de lo que es la salud mental.

PAZ🤘🏻
Hoy en día existe una gran lucha de egos profesio Hoy en día existe una gran lucha de egos profesionales, intereses económicos y un desconocimiento total de la influencia biopsicosocial sobre la Obesidad: compulsividad, sensibilidad a la recompensa, menos habilidades de afrontamiento, mayor labilidad emocional, mayor tendencia al estrés, menos recursos socioeconómicos; y unas adaptaciones que implican una resistencia fisiológica natural a la pérdida de peso. Un contexto desfavorable que dificulta la mejora de hábitos, y que se retroalimenta con los abordajes tradicionales. 

Debemos cambiar el paradigma, dejando de centrarnos en el balance energético y el peso, para centrarnos en la calidad de la dieta y la composición corporal, sí; pero antes identificando, comprendiendo y enseñando las complejas adaptaciones, memorias y refuerzos que se generan a nivel fisiológico y neuropsicológico, y lo difícil que resulta revertirlo para mejorar hábitos, debido a que se trata de aprendizajes muy interiorizados y automatizados durante toda la vida.

No podemos seguir fomentando el ESTIGMA de la obesidad, pero tampoco los discursos sensacionalistas y moralizadores, que sólo buscan llegar emocionalmente, fruto de hacer creer que el sobrepeso es una cuestión meramente externa e incontrolable (por culpa de vivir en un “sistema opresor, gordofóbico y obesogénico”), y que sólo hace falta autoaceptación (algo de lo que mucha gente presume, y poca es la que en realidad lo consigue integrar coherentemente, porque al final no es más que puro POSTUREO). Victimizar a las personas con sobrepeso sólo externaliza el problema y evita que mejore su autocontrol y autoeficacia sobre aquello en lo que sí tengan posibilidades de mejorar. 

ES CIERTO QUE LA OBESIDAD Y EL SOBREPESO TIENEN UN MAL PRONÓSTICO, PERO NO IMPOSIBLE. Por lo tanto, abogo por un tratamiento honesto donde no prime el dinero; por una relación y una educación terapéuticas para con el paciente, en lugar de tanta soberbia, paternalismo, victimización y culpabilización; y más empatía con las vulnerabilidades socioestructurales, atendiendo a la psicología y la conducta, en vez de tanta dieta, tanto motivacionismo instagramero, tanta superficialidad y tanta put* tontería
Una relación saludable con la comida debe ir de l Una relación saludable con la comida debe ir de la mano del autocuidado: entender que por el simple hecho de existir merecemos lo mejor, y debemos permitirnos recibirlo y dárnoslo, siempre.

Con tanta cultura de dietas, fitness y mercantilismo superfluo alrededor de la imagen corporal, hemos distorsionado la realidad: COMER EN PAZ ES VITAL.

¿Qué tener en cuenta para conseguirlo?

1️⃣ Hay autocontrol en vez de la restricción. En lugar de vivir con rigidez y prohibición, enfocarse en las consecuencias positivas para la salud a largo plazo (mejorar autorrealización y autoconcepto)a para lcanzar un bienestar genuino..

2️⃣ No hay preocupación por la comida. Simplemente la tratamos como otra necesidad más, un acto cotidiano y normal. No nos impide pensar en otras cosas, ni vivirlas, ni disfrutarlas. 

3️⃣ No juzgar la comida. Dotamos a los alimentos de neutralidad, evitando la polarización y la absurda categorización bueno vs malo, puesto que todo depende del contexto.

4️⃣ No nos afecta demasiado el entorno relacionado con la comida, y nuestras ideas al respecto son coherentes con nuestro estilo de vida (hábitos). Quitar peso a mitos e imposiciones culturales (dietas, peso, ideales de belleza, etc.)

5️⃣ Abrirse a aprender y explorar: cómo funciona nuestro cuerpo, qué es nutrirse y alimentarse, qué implica conductualmente.

6️⃣ Hay flexibilidad e indulgencia. No todo es blanco o negro. Hay hábitos saludables como base, pero también se puede atender a factores hedónicos y emocionales sin tener malestar alguno. 

7️⃣ Hay una atención consciente e inconsciente a nuestras señales de hambre y saciedad. Evitar comer de forma automática y distraída: conexión y concentración.

8️⃣ Hay placer y disfrute por norma. Comer es una experiencia positiva, o al menos no es negativa. Y hay más alrededor de la comida: compartir, disfrutar buenos momentos, tradiciones y gastronomía.

9️⃣ Lo que comemos no nos define, ni define a los demás. No hay juicios ni etiquetas, sino aceptación. Nadie es mejor o peor por cómo come. Ser realistas e intentar mejorar lo que sea posible según contexto y posibilidades. 

🔽🔽SIGUE EN COMENTARIOS (sólo un párrafo más 🤞🏻😚🔽🔽
Después de mucho tiempo, he dejado una entrada es Después de mucho tiempo, he dejado una entrada especial en el Blog (link en Bio). Se trata de un trabajo de análisis psicosocial sobre "La doctrina del Shock" (recomiendo ver al menos el documental, y para profundizar aún más, el libro).

Hablo de un concepto teorizado por Naomi Klein, escritora y activista antiglobalización y anti capitalista, sobre las bases del capitalismo del desastre y el neoliberalismo llevado al extremo.

A grandes rasgos, al igual que se probó el tratamiento con electroshock para diferentes patologías mentales, existen similitudes con los grandes shocks económicos y políticos de las últimas décadas. 

Desde una perspectiva psicológica y sociológica, las grandes crisis generan miedo, incertidumbre y estrés, un cóctel explosivo para aturdir a la población, para mermar el cerebro social y hacer temblar los cimientos de la sociedad y el estado de bienestar.

Esto sucede porque existe un llamado capitalismo del desastre, que no es más que la mano de las grandes corporaciones y capitales mundiales sacando provecho económica y político de la desregulación generada por las crisis.

Es simple, si las personas tenemos miedo por nuestra integridad o no vemos cubiertas necesidades fisiológicas y psicológicas básicas, somos más fácilmente controlables. También  nuestros cerebros son más maleables.

Así se han implantado grandes cambios económicos en diferentes sociedades, y así parece que la Pandemia COVID-19 de nuestros días puede suponer un gran cambio de paradigma socioeconómico.

¿Cómo ha afectado "La Doctrina del Shock" históricamente? ¿Es algo de lo que preocuparse hoy en día?

Os invito a ser críticos, no sin antes ECHAR UN VISTAZO A LA ENTRADA DEL BLOG, y comentar por aquí cualquier cosa que consideréis oportuna.
""𝙃𝘼𝙔 𝙐𝙉𝘼 𝙂𝙍𝘼𝙉 𝘿𝙄𝙁𝙀𝙍𝙀𝙉𝘾𝙄𝘼 𝙀𝙉𝙏𝙍𝙀 𝘽𝙐𝙎𝘾𝘼𝙍 𝙇𝘼 𝙋𝘼𝙕 𝙔 𝙉𝙊 𝙑𝙄𝙑𝙄𝙍 𝙉𝘼𝘿𝘼 𝙌𝙐𝙀 𝙉𝙊𝙎 𝘼𝙇𝙏𝙀𝙍𝙀" 🤞🏻🧠✨. 

Por mucho que a nivel consciente repitamos que aceptamos todo tal cual llega, que no importa el resultado, la REALIDAD es otra:

Que no somos de piedra, aunque nadie nos enseñe a perder y cambiar el rumbo sobre la marcha, a desistir con dignidad cuando algo escapa a nuestro control, que es casi siempre. Una cosa es que cuando te expones te arriesgues, y otra es que haya que hacer el puto temerario y jugar con todo en contra porque nos hayan vendido que hay que sacrificarse y esforzarse hasta la extenuación, salir de la dichosa zona de confort y hasta morir por causas que un día vemos muy grandes… pero con la suficiente distancia, tiempo y perspectiva, entendemos que no son nada más ni menos que experiencias normales en la vida.

Nadie nos enseña lo que es nuestra zona de confort o seguridad, para que sirve el miedo, qué es la intuición, por qué tenemos señales de alerta, sensaciones corporales desagradables… Todo eso que suena místico para algunos no es más que una firma neurológica a nivel filo y ontogético en áreas de nuestro cerebro más automáticas y reflejas, que hablan un lenguaje no verbal, más emocional, afectivo y menos cognitivo, y que tienen funciones absolutamente necesarias para garantizar nuestro bienestar, y en otras épocas hasta la supervivencia.

No nos gusta la incertidumbre, ni lo desconocido, ni incluso arriesgar porque cuando no te arriesgas no ganas, ni pierdes. Pero joder, tampoco aprendes. 

Quizás todo se reduzca a una absurda cuestión de expectativas, de tener los pies en la tierra y no idealizar demasiado la perfección y no dejar que el miedo controle la situación, aunque a veces cueste...  Y simplemente ABRIRSE A VIVIR.

Cada día tengo más claro eso de que "ninguna pérdida debe sernos más sensible que la del tiempo, puesto que es la única irreparable" y aquello de: “espéralo todo y cualquier cosa te parecerá nada. No esperes nada y cualquier cosa te parecerá todo”.
La comida puede calmar inicialmente, pero también La comida puede calmar inicialmente, pero también puede haber consecuencias posteriores indeseadas: frustración, vergüenza y/o culpabilidad, aparte de que seguramente sigan sin resolverse los problemas que llevaron esa "ingesta emocional".

La comida por lo tanto no tiene sólo una función fisiológica, también emocional, con un elevado componente hedónico: puede estimular emociones con afecto positivo y generar mucho refuerzo (comer con nuestra gente) y ayudar a expresarlas (gastronomía), y no sólo servir para regularlas (como podríamos valorar el hecho de tener tristeza o aburrimiento y comer algo muy sabroso buscando calma y placer inmediato).

Comer es una conducta más, y por tanto debe ser analizada y trabajada si genera directa o indirectamente cualquier problemática o se convierte en algo desadaptativo.

¿Cómo podemos afrontarlo si hay malestar?
🔸No se trata de controlar las emociones, sino de aceptarlas y atenderlas. NO JUZGARLAS, ni juzgarnos.
🔸Evitar la auto-restricción: si hay hambre real acumulada aumenta la necesidad y la necesidad mantenida puede conllevar urgencia ante estados mentales y corporales displacenteros. Puede desencadenar impulsividad 
🔸Revisar nuestras creencias y aprendizajes alrededor de la comida.
🔸Cuestionarse todo lo que tiene que ver con la cultura de dietas y la cultura del sacrificio: dejar de asociar autocuidado a restricción y rigidez.
🔸Consciencia y conexión (no sólo al comer, sino como forma de vida), buscando hacer las paces con la comida, lo que implica entender que comer emocionalmente no es intrínsecamente negativo.
🔸Fomentar un diálogo interno positivo y ser más indulgentes.
🔸Encontrar y trabajar otras formas de auto y co-regulación emocional
🔸Fomentar el auto-cuidado

Es normal que al comer sintamos placer y alivio, lo disfuncional surge al sentir miedo, culpa, vergüenza y/o malestar. Si esto sucede, hay que ir más allá de la comida y tratar de entender qué está pasando y cómo lo estamos afrontando.
Hablamos de comer emocional cuando hay un uso de l Hablamos de comer emocional cuando hay un uso de la ingesta como recurso principal para autorregular emociones, generalmente las que nos producen mayor disconfort y activación (socialmente percibidas como negativas). Convertimos en dañino algo tan mundano y necesario como es el acto de comer. En una incesante necesidad de patologizar el hecho de sentir y etiquetarlo, como si poniendo nombre a las consecuencias ya fuéramos a resolver las causas. Pero de este modo no ponemos el foco donde realmente importa, los problemas que subyacen a la relación con la comida.

Hay que entender que las emociones no son negativas per se, aunque puedan generar sentimientos y sensaciones corporales con afecto negativo. Éstas cumplen una función adaptativa: alertarnos de una amenaza e invitarnos a mirar hacia dentro y volver a nuestra zona segura.

También debemos entender que somos seres emocionales desde que nacemos y que desarrollamos un fuerte vínculo con la comida gracias a emociones. Pensad simplemente en la cantidad de tiempo que un bebé pasa alimentándose de su madre, y lo importante que es esa dependencia inicial en la vida, así como también los buenos momentos vividos alrededor de una mesa con la gente que queremos. 

El problema es cuando hay un distrés o situaciones aversivas en nuestra vida, que no somos capaces de gestionar o regular de una forma más adaptativa, y surge la comida como recurso prioritario para tener un bálsamo emocional o calma. Por algo muy sencillo, la comida está muy presente en nuestra vida y es muy estimulante para nuestro cerebro (obvio, la necesitamos para sobrevivir)

Entonces suceden dos cosas, el refuerzo positivo tremendo que suponen generalmente los alimentos más gratificantes a los que recurrimos, al ser mucho más palatables. Y además un refuerzo negativo al escapar de una situación aversiva y evitar ese afecto y activación negativas.

El problema es que paradójicamente encontramos que al no haber un afrontamiento realmente proactivo junto a otras formas de auto y co-regulación emocional, surge un refuerzo intermitente muy potente, que puede conducir a aprender y automatizar conductas compulsivas e impulsivas con la comida.
Mucho se habla del tiempo necesario para conseguir Mucho se habla del tiempo necesario para conseguir NUEVOS HÁBITOS, pero nada de cómo se crean e interiorizan, algo que necesitamos comprender para saber por qué cuesta tanto y por qué no nos gusta nada cambiar.

Partimos de un error inicial: pensar que cambiar de hábitos es únicamente algo que decidimos y ponemos en marcha por el simple hecho de racionalizarlo, simbolizarlo mentalmente y verbalizarlo a nivel cognitivo. Hay una parte voluntaria y de representación motora, pero mucho más. Hay muchos aspectos inconscientes que pasan desapercibidos, que sin duda son mucho más potentes, por las estructuras y áreas cerebrales en que se sustentan.

Si fuera tan sencillo como querer y ponerse, no habría obesidad, ni depresión, ni adicciones, y todos seríamos la hostia de saludables. Pero no es tan fácil.

Nuestro cerebro busca optimizar recursos, repetir conductas conocidas, que hayan sido reforzadas previamente. Nos enfrentamos por tanto a una predisposición genética a la simplificación de procesos, una tendencia a repetir lo aprendido a niveles subcorticales. Un proceso neurológico que ya ha funcionado, y eso nos garantiza un éxito, aunque pueda resultar desadaptativo en según qué circunstancias y contextos. Sí, también influye el ambiente, lógico.

Sabemos además que los estados afectivos estresantes y aversivos son mucho más estimulantes y potentes, ya que representan una amenaza que debemos evitar. Es por eso que mucha gente, llegado un punto en su vida en el que tienen un susto consiguen dejar de fumar, liberarse de aspectos tóxicos, empezar a comer mejor o hacer ejercicio.

¿Qué hay que hacer entonces? 

🔸EMPEZAR. Ponerse en movimiento desde ya. No hay que esperar a nada. El momento perfecto es ya.

🔸BUSCAR REFUERZOS: lo ideal es que sea positivo y natural, pero servirá cualquier tipo, incluídos escape y evitación. Lo importante es no distorsionar nuestra capacidad para ver lo positivo para nosotros en el cambio. 

🔸GENERAR APRENDIZAJE - NEUROPLASTICIDAD: Y esto sólo se consigue consistentemente con la práctica, asociando estímulos en los que ponemos la atención, con respuestas apropiadas y proporcionadas al objetivo.

⬇️⬇️ SIGUE ABAJO ⬇️⬇️
Vivimos una era de sobre información casi siempre Vivimos una era de sobre información casi siempre cargada afectivamente, porque es más fácil llegar al público, aunque no sea más que propaganda. Así ha calado en nuestro subconsciente tanto mensaje motivador: sensacionalismo, positivismo y victimización. Una gran forma de AUTOENGAÑO.

Siempre es mayor el rédito obtenido al victimizarse en un falso ejercicio de modestia, que resulta evitativo y a la vez reforzante, porque recibes más atención y aprobación. Pero no porque tengas buenas capacidades de afrontamiento y seas ejemplo de superación, sino por compasión. Y mientras no te haces cargo de tu propia mierda. 

Es absurdo pensar que sea necesario pasarlo mal en la vida para aprender, crecer y mejorar. Aunque a veces sea casi hasta necesario recibir una hostia de realidad.

¿Quién no ha sentido como propia tanta arenga estoica? por culpa quizá de falta de análisis crítico.

Debemos aceptar que podrá haber cosas que no nos gusten y que duelan. Y está bien que eso nos haga ser conscientes de la realidad y no perder el norte. La dualidad forma parte de la vida y la aceptación sincera te pone en marcha.

Pero igual que es una mierda vivir en los mundos de yupi mrwonderfulistas, lo es ser una víctima de tu propia vida, pensando que es necesario el sufrimiento para mejorar.

Menuda idiotez. Ojalá no hubiera vivido ni un solo momento negativo en mi vida. Así de claro. Una cosa es la resiliencia adaptativa y otra la resignación mal disimulada. Hay una línea muy fina entre la aceptación de nuestra humana vulnerabilidad y hacer un psicodrama.

Y es que un estímulo negativo es más saliente, porque nos prepara para afrontar una amenaza. Esto es un mecanismo evolutivo de supervivencia, pero que además puede ser un refuerzo negativo e incluso generar un aprendizaje condicionado, y crear así ciertas adaptaciones a nivel neuropsicológico.

Por eso creo que es vital entender que el sufrimiento no es necesario, aunque a veces sea inevitable. Aunque la sociedad haya encumbrado el sufrimiento históricamente como forma de autocastigo y autoexigencia, quizá para alcanzar una supuesta realización espiritual, lo único necesario es saber afrontarlo y auto regularse adaptativamente.
Síguenos
Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: Las solicitudes de API se están retrasando para esta cuenta. No se recuperarán nuevas entradas.

Inicia sesión como administrador y mira la página de configuración de Instagram Feed para obtener más detalles.

Entradas recientes
  • La Doctrina del Shock
  • Por qué comemos lo que comemos
  • Perfeccionismo y TCAs
  • Trabajo a turnos: cómo afecta a la salud
  • La falacia del costo hundido


MENU
  • Blog
  • Contacto